lunes, 4 de octubre de 2010

Como la sangre mana....




















Había un viejo boxeador.

Con la cara cortada

como hachazos por

la afilada navaja

de la vida.

Paseaba por las

calles de nuestra

ciudad,

llevaba su banqueta

y su caja de limpiabotas,

y cuando entraba en un bar

todos le decían:

¡Ey Kid Kanfort !, pasanos



un poco de betún por

los zapatos...

¡Como estás campeón!

Y el viejo se encojía de hombros,

sacaba unos recortes arrugados

de su sucia cartera,

y repetía: " yo fui un buen

peso medio.Pude

enfrentarme a Fred Galiana..el duro..

pude ser grande, y combatir

con Young Sánchez,

quien sabe....

ya nadie lo sabrá.." repetía

como una anónima letanía,

una y otra vez: " ya nadie lo sabrá..."

mientras se tomaba un copa

de Fundador, y escupía

a los zapatos de los parroquianos

para lustrar sus buenos zapatos,

y sacar unas pesetas, para dormir

en la pensión de putas de la calle

Plocia...y quizás poder acercarse

a una de las chicas,

para que le hiciera barato

un francés....

Y tenía las orejas como dos coliflores,

y los dientes le bailaban como

Fred Astaire, y las piernas y los riñones

se negaban a funcionarle bien,

y a veces en los wateres de los bares,

orinaba un hilo de sangre roja,

que salpicaba la sucia taza,

con gotas color rubí.

Y si le dabas un Ducados, o un Bisonte

y un anís Machaquito, te contaba su vida.

Como noqueó, al Rubio Mantecas, en la

plaza de toros de Albacete,

y como le saltaron tres dientes de un directo

de Ray Ramirez en Tomelloso,

o como una vez un tipo con el que peleó

en una velada en Badajoz, se puso

una puntilla en el guante, que le hizo

tantos agujeros, que la saliba le salía

por las mejillas, por los ojos,

por la frente, por los dientes...

" Yo pude ser grande dice....

pero de eso ya quien se acuerda....

Ahora soy una mierda,

huelo como ellas,

vivo como ellas,

y me recojerán como ellas...

pero hubo noches de focos

en mi cara, y de periodistas

y fotógrafos en mi vestuario aguardando,

y gachís de bandera

esperando a que invitara a alguna

esa noche a cena y a catre..."

Sí, el viejo fue grande,

aunque nunca lo fuera.

Vivía de sus recuerdos,

muertas sus esperanzas,

dilapidadas sus ilusiones,

como cuando de niño empezó a

entrenarse en el gimnasio

del barrio de Santa María..

y veía en el Nodo, combates

de Rocky Marciano o de

Jack Lamotta; cuando las pupílas

le brillaban, y aún el corazón

le impulsaba por sus venas una

sangre joven y soñadora.

Y un día, pronto, caería

definitivamente, por un k.o

enviado por el puto destino.

Y alguien diría, un día en un

barucho cualquiera, de manera

distraida, como quien diría

si se ha sulfatado para evitar

la plaga de cucarachas....

" ¿Has visto utimamente a Kid Kanfort...? "

Y todos dirían que no, porque el viejo

Kid, llevaría ya meses criando jaramagos,

y porque el destino nos devora a todos,

como a Kid, como a los juguetes rotos

de la vida, como a los restos agrios

del vino, como a la escoria y a los trozos

pestilentes de los pescados de desecho,

como una perra devora sus propios

cachorros al nacer.

Y el destino actua calladamente, como un traidor,

como un asesino silencioso,

sólo se le puede oir llegar, si

callamos la voz, e incluso la respiración.

Llega como el mudo brotar de una semilla.

Llega como el ciego bibizeo de una culebra.

Como el lento descender de una gora de cera

de una vela.

Como el invisible respirar de un sueño roto.

Como el anónimo silencio de la muerte.

Llega y sin hacer ruido, como la noche

que invade nuestras casas.

Como el último latido de una vida

LLega como la lenta agonía de los peces

fuera del agua..

Llega como la sangre mana....



(Juanma Miranda)

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