martes, 15 de marzo de 2011

Niebla y amor entre las manos...



Bajo este tibio sol de invierno como una naranja, gajo a gajo, la pelo con mis dedos, y su piel desciende suavemente
como la lencería de una mujer,cae suavemente hasta sus pies, y luego de un puñetera vez, se abre el cielo, al menos durante varios horas, entre sus piernas. Y este sol que alumbra
pero no quema, este sol famélico, te alimenta como una comida de caridad,sopa caliente, con fideos, algo de patatas, y nada de carne, las proteinas están reservadas para las clases activas.Y este sol, te hace preguntarte, ¿para qué sirve la vida? te hace cuestionarte, si la vida, toda ella, está sobrevalorada; en consecuencia todo,absolutamente todo: el amor, el dinero, el sexo,
una piscina en invierno,un piso con vistas al
puto edén, una buena salud,follar como cosacos,
ser feliz, dormir bien, tener un ritmo intestinal satisfactorio, estar bronceado en invierno,
tener compañia, o estar más solo que una rata, etc, etc, todo pues, estaría sobrevalorado.
Shakespeare, Cervantes, la Divina Comedia, la Capilla Sixtina,La pasión según San Mateo de Bach,
el " tiemblan las estrellas " de Tosca", los regates de Messi, los senos turgentesde esa chica que pasa,
todo esto sería prescindible.
Meditemos, en este juego de la vida, en este teatro de títeres en el que empleamos el tiempo
esperando ver la cara de ese Sagrado Corazón, con pilas que
hace que se le encienda la corona,
y le palpita el corazón, y le sangre la herida del costado.
Hoy toca discoteca, y olor a sexo entre tus manos
mañana tocarán las nubes negras del olvido...